La pedagogía por objetivos, según lo señalado por Gimeno Sacristán, tiene sus raíces en el movimiento utilitarista de Estados Unidos, que, paralelamente al auge del enfoque taylorista en la industria, busca aumentar cualitativa y cuantitativamente la producción.
Esta pedagogía, presentada como una superación del planteo tradicional, configura un sujeto pasivo, no creativo, obediente, acrítico y competitivo, orientado hacia la eficiencia. Se trata de un modelo de sujeto predefinido al cual el proceso educativo debe dirigir. Esta pedagogía no tiene en cuenta ni las particularidades del sujeto (ya que el molde es el de un sujeto único), ni las particularidades del proceso: el alumno adquiere hábitos y destrezas para insertarse como trabajador en una sociedad industrial. De hecho, "la educación se caracteriza como un entrenamiento que facilita la formación de hábitos de forma eficiente para el desarrollo de las actividades humanas en una sociedad industrial" (Gimeno Sacristán).
Estas ideas se apoyan en el paradigma epistemológico del positivismo y en el psicológico del conductismo, ya que resaltan las posibilidades adaptativas del sujeto en lugar de las creativas. Se considera que aprender es asimilar, simplificando el proceso de enseñanza-aprendizaje al prever sus resultados. Además, se promueve la homogeneidad en detrimento de las capacidades diferenciadoras. Los contenidos se imparten al margen de la experiencia personal y social.
Por otro lado, la sociedad se percibe como algo dado, homogéneo y estático, implicando su aceptación en el estado actual. Los fines se asumen como impuestos, y los problemas educativos se abordan desde el modelo empresarial, caracterizado por el utilitarismo, la asimilación, la adquisición de destrezas y el eficientismo. En este contexto, "la pedagogía por objetivos o enseñanza basada en objetivos es una respuesta coherente con la idea de que la escuela debe ser útil a los valores predominantes en nuestra sociedad, guiada por criterios de eficiencia, considerando que esta es un valor básico en las sociedades industrializadas, orientadas de forma muy decisiva por criterios de rentabilidad material".
En cuanto a la especificación de objetivos y resultados esperados, estos deben ser observables, medibles y tangibles.